sábado, 26 de enero de 2013

Estambul 2012

En esta ocasión vamos a realizamos un corto viaje de cinco días, a Estambul aprovechando un bono de viaje de la empresa de vales de descuento LestBonus.
Este viaje lo realizamos a mediados de Julio del 2012, con lo que padecimos bastante calor en la zona.
Para realizar este viaje tuvimos que desplazarnos hasta Barcelona para tomar un vuelo que nos llevaría a Estambul. Una vez allí usamos como medio de desplazamiento, el tranvía y el autobús.


Para planificar este viaje, busqué información en varias páginas WEB. Una de ellas, que consideré interesante, es www.estambul.es.  Viene en español, y entre otras cosas te informa de las posibles visitas en la ciudad, con los horarios y precios de las entradas, aunque pude comprobar que a la hora de la verdad, podían no coincidir con la realidad.
Hay que tener en cuenta que en este país la moneda de curso legal es la Lira Turca (LT), que mas o menos tiene una paridad con el Euro de 2 liras = 1 Euro.
Para desplazarnos hasta Barcelona, tomamos un avión de la compañía Vueling, con buenos precios, y para ello tuvimos que hacerlo la tarde antes, pues el avión que nos tendría que llevar a Estambul, salía de Barcelona a las 08:00.
Cuando llegamos a Barcelona nos desplazamos a la cercana localidad de Castelldefels, usando un autobús que salía directamente del aeropuerto y prácticamente nos dejaba en la puerta de un Hostal económico que dispusimos para pasar la noche.

1º día: Barcelona-Estambul-Cisterna Basilisca-Mezquita Azul-Kumkapi

Al día siguiente madrugamos bastante para retornar al aeropuerto, con el objeto de tomar nuestro avión que nos llevaría al aeropuerto de Sabiha en la parte asiática de Estambul.

Una vez allí, un guía nos estaba esperando y con un autobús nos llevó al centro de la ciudad, donde se encontraba nuestro hotel. El desplazamiento duró mas de 1 hora, ya que tuvimos que atravesar casi por completo la ciudad que se extiende en una longitud de aproximadamente 80 km.
Una vez en el hotel (Hotel Grand Tahir), nos instalamos y nos dispusimos a emprender nuestra visita.
Para movernos por la ciudad usamos fundamentalmente la línea 1 del tranvía. Es un medio de locomoción moderno y rápido, que atraviesa el núcleo histórico de la ciudad. Para usarlo hay que obtener en las máquinas dispensadoras ubicadas en las paradas unas fichas llamadas jetones que costaban 2 liras turcas (al cambio 1 € aproximadamente). Al principio usaba jetones para mi mujer, mi hija y yo, pero al día siguiente le pregunté a un revisor si mi hija podía pasar sin jetón, y me dijo que sí, por lo que desde ese momento solo los usaba para mi mujer y para mí.
Este es el plano del tranvía de Estambul

Bueno, para llegar al Centro Histórico hay tomar la línea 1 (T1 en azul oscuro en el plano) y apearse en la parada de Sultanahmet. Una vez en el centro, nos dirigimos en primer lugar a la Cisterna Basílica, un enorme depósito de agua subterráneo, construido por los bizantinos hace 1500 años. La entrada costaba 10 LT
 
Visitamos los depósitos a través de unas pasarelas de madera, en un recorrido que te hace meditar sobre la capacidad técnica que tenía el hombre hace tantos siglos.
A su salida nos dirigimos hacía la Mezquita Azul, atravesando un inmenso parque, donde se pueden encontrar puestos muy pintorescos.
 
 
Según lo íbamos atravesando, divisamos al fondo la inmensa cúpula y los minaretes de la mezquita, que cuando menos, te deja impresionado.
 
 
Al entrar, accedimos a un gran patio que daba paso al interior de dicho templo. 



 
Para entrar las mujeres tienen que cubrirse con un pañuelo, que si no lo llevan, es proporcionado por el personal que controla la entrada. También hay que ponerse unas bolsas, en los pies para no manchar la moqueta que cubre el suelo del interior de la Mezquita. Esta norma es común para las visitas a todas las mezquitas.
A la salida de la mezquita dimos un bonito paseo por los alrededores viendo algunos puestos de venta callejeros pintorescos.
Seguimos callejeando y llegamos a la principal arteria comercial de la parte europea de la ciudad. Se trata de la calle Divan Yolu Cd, que se encontraba llena de gente paseando y viendo los innumerables escaparates que salpican dicha avenida, algunos tan sugerentes como el siguiente.
 Después de dar un relajante paseo por dicha calle, nos dirigimos atravesando zonas "no turísticas" al barrio de pescadores de Kumkapi, pues en esa zona abundan los restaurantes, donde se pueden probar platos típicos turcos, como el humus, pescados de la zona, e innumerables tipos de ensaladas, entre otros.
Al atravesar la zona que nos separaba de Kumkapi, lo hicimos pasando por calles donde realmente se puede apreciar la pobreza de la zona, por la dejadez de sus calles, y el lamentable estado de conservación de muchos de sus edificios. El paso por algunas calles sobrecogía, por la sensación de inseguridad que se sentía al atravesarlas.
Una curiosidad que apreciamos desde nuestra llegada a Estambul, es la cantidad de gatos callejeros que hay en la ciudad, pero lo curioso es que están perfectamente integrados en dicho entorno, donde parecen ser respetados por las personas que los rodean, ya que parece ser que aplican el dicho "vive y deja vivir". Los gatos están tranquilos por todas partes, sin que nadie les aceche, incluso entran en las recepciones de los hoteles, sin que se les impida el paso, donde te los puedes llegar a encontrar incluso dormidos.
Por fin llegamos a Kumkapi, donde el cambio fue abrupto, pasando de una calle que parecía sacada de un lugar abandonado, a otras calles donde de repente se apreciaba todo lo contrario (evidentemente se trataba de la zona turística  de esta barriada de Kumkapi) muy frecuentada por turistas, atraídos por los restaurantes de la zona.
Lo curioso de esta zona, es que los metres salen a la calle a buscar a los clientes, ofreciéndoles descuentos, que oscilaban entre un 20 y un 30%. Otra opción es que regalaban el menú infantil (si te ven con niños), o incluso ofrecían el postre gratis. Además si les decías que no, te daban una tarjeta de visita, como si fueras a regresar a dicho establecimiento. 
 
Tras la cena, dimos un paseo hasta llegar al mar, donde existía otra zona de restauración.
Por último regresamos a la calle Divan Yolu Cd, donde cogimos el tranvía de regreso a nuestro hotel.


2º día: Palacio de Topkapi - Mezquita de Santa Sofía-Crucero por Cuerno de Oro - Mezquita Yeni - Bazar Especias - Puente Gálata

En el segundo día madrugamos para evitar colas en los monumentos mas visitados de la ciudad. El palacio de Topkapi y la mezquita de Santa Sofía.

Tomamos el tranvía nuevamente y nos volvimos a apear en la misma parada del día anterior (Sultanahmet), pues es la que da acceso a todo el centro monumental.

Al llegar a la puerta del palacio de Topkapi, ya había largas colas, por eso recomiendo madrugar para visitar este palacio.
Al sacar las entradas hay dos opciones, la más económica (25 LT)te permite visitar el palacio con sus innumerables dependencias, que terminan convirtiéndose en un gigantesco laberinto, y obtener una entrada mas cara (suplemento de 15 LT), que incorpora la visita al Harem del Palacio. Nosotros obtuvimos la completa.
El palacio sirvió de principal centro administrativo del Imperio Otomano de 1853 a 1922.
Está formado por muchos pequeños edificios construidos juntos y rodeados por cuatro patios.
El palacio está construido siguiendo las normas de la arquitectura seglar turca, siendo su máximo ejemplo. Es un entramado complejo de edificios, unidos por patios o jardines siendo la superficie total del complejo de 700.000 m², rodeados por una muralla bizantina.
Una vez dentro comenzamos precisamente por el Harem, que comprende las dependencias privadas del Sultán y su familia.

Tras nuestra visita al Harem, nos dirigimos al palacio propiamente dicho y realizamos la visita a sus innumerables pabellones y jardines, deleitándonos con sus rincones bellos. Hay que tener paciencia, pues para visitar algunas de sus salas hay que guardar colas bastantes largas.

Desde algunos de sus edificios que dan al Cuerno de Oro, se pueden apreciar vistas maravillosas.

Una vez que abandonamos el Palacio de Topkapi, nos dirigimos a la Mezquita de Santa Sofia, al filo del mediodía. Allí nos volvimos a encontrar una enorme cola, a la que le daba el sol, con toda su intensidad. Nos armamos de valor y nos pusimos en la fila, hasta que nos tocó entrar, y la verdad es que mereció la pena.
La mezquita  (que antes de serlo, fue Basílica, hasta la llegada de los Otomanos), era impresionante, y en su interior se pueden encontrar vestigios de su época cristiana.
Tras visitar esta mezquita, nos dirigimos al puente Gálata, para buscar un lugar donde comer y descansar de la mañana tan agetreada que llevábamos. Para ello, que mejor lugar que uno de los pintorescos barcos-cocina que se apostan en el lado europeo de este puente que comunica los dos lados de la ciudad, y lo que parece mas impactante, Europa con Asia.
Estos barcos, son auténticos restaurantes flotantes, que destacan por su colorido, y en los que la única especialidad es el bocadillo de caballa a la plancha con ensalada, que una vez que adquieres te lo tomas en unas pequeñas mesas bajo una carpa que hay en el mismo muelle donde están atracados dichos barcos.
Una vez que repusimos energías, nos dirigimos al embarcadero de Bogaz Iskelesi que hay en las proximidades del puente (justo a su derecha), para tomar un ferry que nos iba a dar un paseo por el Cuerno de Oro, y desde el que pudimos disfrutar de unas hermosas vistas de la ciudad. Recomiendo, no picar en los ganchos de los Tours que ofrecen este crucero a unos precios astronómicos y que se encuentran en la zona de Sultahnamet. En su lugar, en dicho embarcadero, se puede tomar el ferry, que por un módico precio te realiza dicho paseo.

Tras finalizar el paseo en barco, nos encontrabamos completamente relajados, y nos dirijimos nada mas apearnos a la mezquita de Yeni, que se encuentra en este lugar frente al puente Gálata. 

Tras salir de la mezquita, justo detrás se encontraba el bazar de las especias, lugar donde como su propio nombre indica, se comerzializaba con especias, y en donde hoy en día, sin perder de vista estos productos,  se pueden encontrar otros tipos de artículos productos para su compra, como las famosas delicias turcas con multitud de sabores, artesanía, etc
Este bazar es mas pequeño que el Gran Bazar pero quizás resulte un poco mas refinado que su hermano mayor, por ello es muy interesante de visitar.


Una vez abandonamos este lugar, decidimos cruzar el puente Gálata de casi 500 metros de longitud que posee dos calzadas, una superior para los vehículos y otra inferior peatonal y llena de restaurantes. Este puente cruza el Cuerno de Oro, uniendo las orillas europea y asiática de la ciudad. Al cruzar desde el lado europeo al asiático, lo hicimos por la calzada inferior, donde los metres de los distintos restaurantes salían a nuestro encuentro para ofrecernos ofertas de lo mas variopintas.
Al llegar a la otra orilla, observamos que a la izquierda del puente había una serie de curiosos puestos ambulantes donde te ofrecían comida, de una forma un tanto peculiar.
Tras pasear por la zona regresamos por la calzada superior del puente a la orilla europea para cenar nuevamente en los barcos-cocina del lado europeo en los que estuvimos al mediodía, tras lo cual nos dirigimos a nuestro hotel con la ayuda nuevamente del tranvía que se tomaba en una parada cercana al lugar.




3º día: Gran Bazar - Mezquita de Suleymaniye- Estambul

En el tercer día de nuestra estancia, comenzamos el día visitando el Gran Bazar de Estambul, un verdadero laberinto situado en el centro de la "ciudad vieja", en la parte europea de Estambul. Tiene más de 58 calles y 4.000 tiendas. Diariamente recibe entre 250.000 y 400.000 visitantes. Se estructura en 64 avenidas y calles y 16 patios con cerca de 3.600 tiendas.
Al entrar en el, sentimos esa sensación de encontrarnos realmente en oriente, pues se respira esa sensación que a uno le viene a la cabeza, cuando recuerda historias infantiles, como la de Aladino.
Hay tiendas de todo tipo, clasificadas mas o menos por sectores: ropa, dulces típicos, orfebrería, joyas, etc.
Para comprar es obligatorio el regateo, pues se puede comprar por la mitad o incluso menos de lo que te piden inicialmente. En unos casos los vendedores te siguen mas el juego y en otros casos, pues simplemente no... Tu decides.
Bueno después de pasear, y pasear por sus calles, y realizar, como no, algunas compras decidimos abandonar el Gran Bazar para seguir nuestro programa de visita.

Tras salir del Gran Bazar nos dirigimos a la Mezquita de Suleymaniye, deteniéndonos antes de entrar a su interior  para comer en un restaurante muy acogedor que se encuentra frente a su entrada.

Al entrar en la mezquita, nos encontramos un curioso personaje que te ofrece una bebida típica turca, que tiene en un recipiente no menos curioso, colgado a su espalda (en principio parece que es gratis, pero una vez servida, trata de cobrártela)
El interior de la mezquita sobrecoge por su inmensidad, sencillamente es abrumadora.
Una vez finalizada la visita, decidimos dirigirnos al embarcadero de Eminonu, con la intención de tomar el ferry que nos lleve a través del Cuerno de Oro hacia el embarcadero de Eyup, desde donde poder tomar el funicular que nos traslade a Pierre Loti, colina desde la que se divisan posiblemente las mejores vistas de Estambul, presididas como no, por el Cuerno de Oro. (Este nombre, al parecer tiene su origen, en el hecho, de que al atacar el imperio otomano a la ciudad antes de ser tomada, los bizantinos decidieron lanzar al mar todas las riquezas que poseían, fundamentalmente oro, que al relucir desde el fondo, dio origen a este nombre tan curioso)
Al llegar al mirador de Pierre Loti, pudimos contemplar unas vistas maravillosas.
Tras tomar un café turco en el café del mismo nombre, y deleitarnos con las vistas del Cuerno de Oro, dimos un paseo por la zona, donde pudimos comprobar que había un barrio de nivel alto, con curiosas casas de madera.
Posteriormente comenzamos el descenso hacia la ciudad, caminando por un paseo peatonal, que atravesaba un curioso cementerio árabe ubicado en la tupida arboleda que rodeaba nuestra bajada.
A medida que seguimos caminando, vimos asomar a lo lejos el siguiente objetivo de nuestra visita. Se trata de la mezquita de Eyup.
Esta mezquita es un gran centro de peregrinación para los musulmanes, pues en ella se conservan algunas pertenencias personales de Mahoma.
En los alrededores de la mezquita había un gran tumulto, pues hoy se celebrara el fin del ramadán, hecho que se celebra con una gran fiesta, que curiosamente no comienza hasta bien entrada la tarde. Esto se traduce en que la gente se sienta en las mesas y no consumen nada, hasta dicha hora. Simplemente charlan dejando pasar el tiempo.
Continuando nuestro paseo por los alrededores de la mezquita, llegamos a lo que se parecía a una de nuestras berbenas populares en las fiestas locales, donde había puestos ambulantes muy curiosos.
Finamente regresamos al centro histórico de la ciudad tomando en esta ocasión el autobús urbano que paraba cerca del lugar.
Una vez allí cruzamos el puente Gálata y llegamos a la parte asiática de la ciudad, viendo en primer lugar un mercado de pescado que había nada mas cruzar el puente.
 
Una vez en este lado de la ciudad, nos dirigimos a visitar la torre Gálata, un verdadero emblema de la ciudad, desde la que se divisan hermosas vistas de todo el Cuerno de Oro.
 

4º día: Islas Principe-Plaza Taksim- Istikal Caddesi

En este cuarto día decidimos, hacer un crucero por el Bósforo. En concreto cogimos un ferry que nos llevó en dirección a las Islas Príncipes, en un viaje de unas dos horas. Se trata de un conjunto de nueve islas y dos pequeños islotes que componen un pequeño archipiélago en el mar de Mármara, a 20 kilómetros del estrecho del Bósforo.
Para realizar este desplazamiento, nos dirigimos al embarcadero de Kabatas en la parte asiática de la ciudad, donde huyendo de los barcos turistas, tomamos el ferry que comunica a diario la ciudad con dichas islas a un coste muy económico.
Os dejo el Link de los horarios de salida de estos ferrys, donde tambien podéis consultar las tarifas:
Durante el trayecto pudimos disfrutar de unas hermosas panorámicas de la ciudad, a lo largo de toda la zona asiática de la misma.
 
Estas islas constituyen uno de los lugares preferidos por los habitantes de esta ciudad para pasar los fines de semana.
Nuestro destino es la isla de Buyukada.
                                 
Es la mas grande de este conjunto de islas, y como curiosidad, decir que en ella no está permitido el uso de vehículos de motor, con lo que los desplazamientos hay que efectuarlos en coches de caballos o en bicicleta.
 
 
Nosotros optamos por alquilarnos unas bicicletas, para acudir a una de sus playas y darnos un baño para huir del calor bochornoso que hacía.
Otra forma de desplazarte por las distintas playas de la isla, es tomar unas lanchas que esperan la llegada de los ferrys a la isla y por un módico precio te llevan a las mismas.
 
Después de un largo paseo bicicleta, llegamos a una playa, y nuestra sorpresa fue que en lugar de una cala en un paraje natural, nos encontramos con un recinto cerrado, por el que para acceder había que pagar una entrada a un precio desorbitado.
Aunque en principio desistimos, al poco regresamos, pues era tal el calor que teníamos que podía mas nuestras ganas de refrescarnos, que la rabia por pagar para bañarnos en una playa.
Una vez dentro comprobamos que en contrapartida, se daban una serie de servicios muy parecidos a los de una piscina pública. Isleta pavimentada (libre de arena), sombrillas, tumbonas, vestuarios, servicios públicos, duchas, restaurantes, e incluso toboganes acuáticos. La verdad que muy muy bien.
Después de refrescarnos un rato, regresamos al puerto de la isla, para pasear por la zona mas concurrida de la misma, y comer un buen plato de pescado de la zona. Había mucho ambiente, con cafeterías, heladerías y restaurantes por toda la zona.
Finalmente, volvimos a coger el ferry que nos devolvió a Estambul, en un atardecer maravilloso, que nos iba a dejar estampas tan bellas como estas:
 
Al llegar al embarcadero de Kabatas, nos dirigimos al Funicular del mismo nombre (F1) que nos iba a llevar a la parte alta de la ciudad oriental, en concreto a la plaza Taskim, desde donde comenzaríamos un paseo por la principal arteria de esta parte de la ciudad, la calle Istikal Caddesi.
A lo largo de esta larguísima avenida, pudimos ver multitud de puestos callejeros, tiendas de moda, restaurantes, en definitiva una zona bulliciosa y agradable, teniendo en cuenta que estaba peatonalizada.
Otra curiosidad de la zona, es que esta avenida, también se puede recorrer en un tranvía de época, que resulta bastante pintoresco.
Después de cenar en la zona, nos dirigimos al final de esta avenida, que va a parar al puente Gálata, y allí cogimos el tranvía (T1) que de nuevo nos llevaría a nuestro hotel para descansar.

5º día: Sultanahmet - Aeropuerto - Barcelona - Málaga

Bueno en nuestro último día en Estambul, y hasta que al mediodía nos recogieron en nuestro hotel para trasladarnos al aeropuerto oriental de la ciudad, nos dirigimos de nuevo al centro histórico de la ciudad, tomando el tranvía (T1) hasta la parada de Sultanahmet.
Desde allí nos dirigimos a ver los restos del Hipódromo de Constantinopla (construido en pleno auge del imperio bizantino y hoy en día convertido en una plaza con un parque) y el Obelisco de Teodosio

Después de callejear un poco por la zona, nos dirigimos de nuevo al hotel, donde nuestro autocar nos recogió y nos llevó al aeropuerto, desde nuestro vuelo nos llevó hasta Barcelona.
Una vez en Barcelona, y tras aguardar una hora y media aproximadamente tomamos otro vuelo que nos trasladaría hasta Málaga, llegando al filo de la una de la madrugada del día siguiente. Vamos mas apurado, imposible.

Bueno pues este ha sido nuestro viaje a Estambul, que espero os haya gustado y si os ha servido para planificar vuestro viaje, pues mejor.

Saludos y hasta el próximo............





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